27 septiembre, 2017
En marketing B2B, una de las estrategias más controversiales es la del envío de e-mails en frío, ya que suele relacionarse a la poca efectividad que tienen las llamadas en frío y al spam. Sin embargo, es una práctica que un buen número de empresas aplica para llegar a una gran cantidad de prospectos con menos esfuerzo y mejores resultados que con las llamadas.
¿Es el e-mail en frío spam? ¿Es posible obtener conversiones en la industria B2B con esta técnica de marketing? Las respuestas las encontrarás en este post.
Un e-mail en frío es un correo promocionando tus productos y servicios a personas que no han mostrado un interés previo. El hecho de que los destinatarios de estos e-mails no te hayan dado su permiso para que les hables de lo que tenés para ofrecerles es lo que suele colocar esta técnica de marketing a la par de las infames llamadas en frío; sin embargo, los e-mails en frío son menos intrusivos que las llamadas y dan la oportunidad de segmentar mejor a los destinatarios y pensar en una comunicación más acertada para llamar la atención de tus potenciales clientes.
¿Que sea un correo comercial, quiere decir que el e-mail en frío debe ser considerado correo basura? Veamos en detalle las características de cada uno:
En conclusión, el e-mail en frío y el Spam solo comparten el formato y el canal de difusión. Si se siguen los parámetros de confección y ejecución de una campaña bien pensada y segmentada, el e-mail en frío no se considera spam.
Y con esto nos referimos a enviarle e-mails a quienes no son decisores de compra en las empresas. Es algo que inevitablemente va a suceder porque se está trabajando con contactos en frío; sin embargo, podés salvar esta situación colocando esta sencilla pero poderosa oración:
“Si no sos la persona con la que debería comunicarme, ¿Podrías indicarme con quien puedo conversar?”
Es una frase simple, va al grano y ayuda a mejorar la efectividad de tu e-mail en 2 puntos: las personas que lean esto entenderán que se trata de una persona real quien los contactó, y tenés una buena razón para hacer follow-up.
Evitá escribir correos que tengan como foco principal hablar de forma genérica de tu empresa y tus productos, porque la mayoría de tus destinatarios no pasarán de leer unas pocas líneas. En su lugar, concéntrate en sacar a relucir los pain points del segmento al que dirijas tu mensaje y menciona brevemente cómo podés ayudar a resolverlos.
Tenés que recordar que estás enviando un correo que no fue solicitado, por lo que querés captar la atención de tus destinatarios en unas pocas líneas, enfocándote en los intereses de tus destinatarios e invitándolos a conocer más respecto de tu propuesta de valor.
Enviar una secuencia de comunicaciones posteriores al contacto inicial, en caso de no contar con una respuesta favorable, es fundamental para que una campaña de e-mail en frío tenga éxito.
Más allá de que haya gente que en realidad no esté interesada, hay otros que sí lo están, pero por una razón u otra no responden al principio: tenés que lograr la ansiada respuesta enviando al menos un correo de seguimiento ofreciendo algo adicional que aporte valor al destinatario, no solo limitarte a repetir lo que ya dijiste en tu primer e-mail.
Para que tu e-mail no tenga ese estilo de genérico que el spam suele tener, redactalo como un correo que le enviarías a un compañero de trabajo: usando la formalidad y la cordialidad propias de un ambiente laboral, pero con un uso más distendido de las palabras y usando un tono cercano.
El tiempo que tienes para captar la atención de tu destinatario es muy corto, hacé que tu pieza de e-mail esté llena de información atractiva y de interés desde el principio para garantizar mayores ratios de conversión.
Si tu pieza parece más una tesis que un e-mail, nadie lo leerá. Usar el enfoque corto, conciso y sustancioso es lo mejor: hacé uso de bullets y no escribas más de 3 párrafos de 4 ó 5 oraciones como máximo.
Sabemos que tus contactos están fríos y contás con poca información sobre ellos, pero para que una estrategia de e-mail en frío tenga éxito tu base de datos debe tener un mínimo de datos y filtrado previo para que todo tu esfuerzo no sea en vano: Usá datos básicos como nombre, empresa y cargo del destinatario del e-mail para personalizar un poco tu mensaje.
La firma de tu e-mail será la tarjeta de negocios que le dejes a tus destinatarios, incluí en ella elementos de confianza como tu nombre completo, cargo y enlaces al sitio web de tu empresa y redes sociales. Si podés incluir tu foto, mucho mejor.
Culminar tu e-mail con una pregunta da pie a que tus destinatarios comiencen una conversación con vos. Un buen ejemplo es: “¿Te parece oportuno que coordinemos una reunión para conversar sobre tus necesidades?”, no es invasiva e invita a que quieran saber más sobre tu propuesta.
El e-mail en frío es una carrera de resistencia, por lo que si te rindes al primer intento no vas a poder ver el verdadero potencial que tiene para obtener leads calificados para tu negocio. Debés preparar al menos un correo de seguimiento que siga los mismos parámetros de redacción que mencionamos antes, pero ofreciendo información de valor que no diste en tu primer correo.
Hacé pruebas A/B con información diferente, distintos largos de texto, enlaces a información comercial diferentes, videos, etc. Encontrarás la fórmula que mejor funciona para obtener más leads usando e-mails en frío.
Como pudiste constatar, el e-mail en frío no es spam, es una estrategia de marketing que puede ser muy efectiva para negocios B2B, pero que requiere de una precisión quirúrgica y una paciencia para obtener los resultados esperados.
¿Usás el e-mail en frío para convertir leads? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
Referencia: What is Cold Email (And is it SPAM?)